El otro lado de las vacaciones
A todos nos gusta coger unos días de vacaciones, a todos nos gusta irnos a pasar unos días algún sitio de playa o de montaña, de lo que se trata es de desconectar y dejar que la cabeza sea airee un poco y olvidemos por un momento nuestro problemas actuales. Lo que pasa es que para todos no es un camino de rosas el poder ir de vacaciones, cuando se tiene hijos todo cambia y en vez de vacaciones se convierte en una lucha constante para poder descansar. Desde que tengo hijos vamos de vacaciones al mismo sitio, es un sitio familiar y a los niños les gusta mucho siempre se quedan con ganas de más, la verdad que son unas vacaciones inolvidables si empezamos a puntualizar la hora de salida hasta la hora de llegada. Por más que lo digo todos los años no termino de escarmentar y dejo todo para última hora, eso me lleva mucho más al desquicie y va todo menos organizado, unas vacaciones se deben preparar con tiempo de manera que no se te pueda olvidar nada.
Por el motivo que sea yo siempre dejo todo para el final, y es mucho peor, los niños se ponen nerviosos tienen ganas de marcharse y no paran en todo el día de incordiar, mientras preparo su maleta no paran de preguntar cuando nos vamos, cuando nos vamos, su boca no parece tener fin y los nervios me invaden mucho más aún. El caso es que las vacaciones yo por lo menos en mi lugar no empiezan muy bien que digamos, acabo de empezar y ya me noto agotada. El camino de ida es un poema, van discutiendo, peleando por qué habitación elegirán en el apartamento, por lo que cenaremos esa noche, por el amor de Dios si más que vacaciones parece mi vida cotidiana. Y ya para rematar tenemos a su padre que no es que diga mucho pero el mero hecho de ir pendiente de cada uno de los ruidos que hace el coche ya te pone extremadamente nerviosa. Que si has oído eso, mira ese otro ruido de allí, el solo lo predispone a romperse enseguida, pensando todo el rato en un centro autorizado de tratamiento de vehículos porque cree que tendrá que comprar una pieza, y así todo el rato. Quien piense que esto son unas vacaciones desde luego sin pensarlo se las regalo.